Como empezó todo

El local donde actualmente está D’Carmen fue durante mi infancia, mi segunda casa. Tardes enteras viendo el esfuerzo y la pasión con la que mi madre desempeñaba su negocio, me sirvieron para tomar la iniciativa y llevar a cabo mi propio proyecto.

He tenido la oportunidad de transformar ese pequeño local en mi sueño: mi propia floristería, después de haberme formado en Madrid en la Escuela de Arte Floral.

En este proyecto no nos podemos olvidar de los pilares de mi vida, mi ya marido, Guille, siempre dispuesto, preparado y que llega el primero a todo, siempre acompañada por él, desde mi formación hasta día de hoy.

Mis dos amores, mis niños,Dani y Vera llegaron a nuestra vida para completarla. Ambos, piezas indispensables a la hora de inspirarme. Han sido, son y serán mis compañeros en este camino. Juntos disfrutamos de las pequeñas cosas de cada día y viajamos a ferias y congresos del sector para mantenernos actualizados.

Además tenemos un equipo de grandes profesionales con nosotros, Tere lleva más de 25 años en el sector de la flor y sabe en cada momento donde, como y cuando, experta en planta de interior, bonsáis y arte floral.

Mar, Rocio, Patri y demás siempre en cada fecha anual lo dan todo para que todo sea perfecto desde la recogida de pedidos hasta la entrega del envío, de los que se encarga Jose, nuestro repartidor de confianza.

¡Nos encanta lo que hacemos, y más aún, que vosotros disfrutéis con ello!

el proyecto abrió al público el 22 de diciembre de 2015, desde ese día, la ilusión sólo ha ido a más
— Carmen Costoya
Siempre hay flores para el que desea verlas
— Henri Matisse
tienda-ok 4.jpeg