¿Qué diferencia existe entre flor seca y preservada?
Las Flores secas
Existen diferentes técnicas para conservar las flores naturales. Seguramente la más conocida consiste en dejar que se sequen por deshidratación de forma natural, colocándolas boca abajo. Una vez completamente secas, se pueden someter a un tratamiento de coloración y fijación para que recuperen parte de su aspecto original.
Las flores así tratadas se pueden utilizar para realizar ciertos tipos de decoración floral, generalmente de aspecto rústico y sencillo.
Sin embargo, al tratarse de plantas secas, no es un producto demasiado duradero. Las ramas y tallos se quiebran con facilidad, el color poco a poco se va difuminando y los pétalos acaban desprendidos o rotos.
Las Flores preservadas
La preservación también es una modalidad de secado aunque mucho más sofisticada. El resultado es completamente diferente. La técnica de preservación consigue que las flores conserven un tacto y aspecto completamente natural. ¡Como recién cortadas!
Esto se consigue de la siguiente forma: Las flores frescas se cortan en su momento de máxima belleza y esplendor. En lugar de dejarlas secar, se las somete a un proceso de rehidratación, sumergiéndolas en una preparación compuesta por glicerina y otros elementos vegetales. Este líquido podo a poco va subiendo por el tronco hasta sustituir completamente a la savia. Al cabo de pocos días, el proceso ha finalizado y la planta está lista para su utilización.